miércoles, abril 04, 2007

solo por hoy



Aquí estamos de nuevo, rumbo al centro de la ciudad. El viaje dura aproximadamente una hora y siempre resulta divertido ver a través de la ventana las escenas de todos los días que nunca se vuelven a repetir. La gente caminando por las mismas rutas a sus trabajos, haciendo sus actividades cotidianas, siempre algo varia en sus rutinas, sus pasos nunca serán los mismos, no calzaran en los mismos espacios, cambiaran de ropa o su humor será diferente. Todas estas reflexiones son intrascendentes, producto del ocio y la tensión. Es verdad, mi paseo no transcurre en total tranquilidad, por eso quizás estas divagaciones pseudo existenciales me resultan tan entretenidas. Estoy ansioso, se lo que vendrá, se porque estoy yendo a donde voy, pero a la vez lo ignoro. Como el amor, las razones que impulsan mis actos son misteriosas y parecen proceder de una instancia superior. No vale la pena pensar mucho en esto pero es una buena manera de matar el rato.
A cada minuto me acerco mas a mi destino, voy sentado en un asiento individual, es cómodo y llevo un gorro que oculta mi rostro, la gente ni se da cuenta que estoy ahí, quizás en verdad no existo y todo esto es un espejismo, una ilusion perdida en el espacio. La ociosidad te hace pensar huevadas, pero creo que así empezaron la filosofía o las artes, y en general todas esas mierdas que no sirven para nada en la vida mas que para hacerse una paja y atormentarse.
Conforme el vehiculo avanza mi ansiedad aumenta, el paraje me es familiar, el olor también. Siento un poco de nauseas, pero se que luego pasaran. Inconcientemente calculo el tiempo de llegada y me espanto por unos instantes, quizás las cosas no salgan como espero o quizás, si. No se cual de las opciones es la peor, como sea, todo siempre es incierto y como buen creyente que soy lo dejo todo en manos del señor.
Es verano, hace un culo de calor, estoy sudando, la combi apesta, pronto bajare, será un alivio. Por fin hemos llegado, bajo del carro y cruzo la pista, los turrones, el mercadillo, la gente sabe para que voy, a quien voy a visitar, a veces me avergüenza, pero al final todo termina por no importar demasiado.
- ¿Chino que buscas?- a veces me preguntan, pero soy un hombre de perfil bajo, nunca respondo. Las leyes de la oferta y la demanda son convenientes en este lugar, pues la abundante oferta permite el regateo. Busco la mejor oferta, la mas barata y conveniente, al parecer mis estudios administrativos no fueron en vano y me han servido en algo para esta vida.
- Dame uno- le pido a la flaca y le agradezco. Siempre cordial, intentando ser un caballero.
Lo tengo. Mis músculos y mi corazón se contraen, luego se relajan. Creo que ya no necesito nada, todo lo que necesito esta en mi bolsillo. A esto se puede resumir toda una existencia y no existe tratado filosofico alguno que pueda condensar esta sensación. Los remordimientos, la ansiedad y las dudas que antes sentía han desaparecido por completo. Ahora todo esta bien, estamos juntos otra vez. Solo debo de salir de acá y buscar un lugar adecuado donde hacer lo propio. Hay deberes sagrados que cumplir y hay que cumplirlos hasta quemar el ultimo ml. No pensé que me hallaría de nuevo en la misma situación, que mi apetito fuera tan insaciable y mi egoísmo me encerrara en esta habitación barata para que mi soledad y yo nos amaramos en silencio. Afuera los cadáveres de los locos se descomponen en las calles mientras en las letrinas publicas de cada esquina se evapora la pichi de los vagos que asciende celestialmente hacia el cielo. ¿Donde estoy yo, adonde pertenezco? A veces el centro de la ciudad es un paraje desolador. No se aun donde ir, creo que subiré a una combi desocupada. Justo pasa una casi vacía junto a mi. La providencia parece estar siempre a favor de los mas necesitados, amortiguando el dolor de maneras extrañas. Estiro la mano, el vehiculo se detiene y subo. Busco los asientos del fondo, fuera de la vista de los demás pasajeros. Aunque no importa demasiado. El dolor es un bien anónimo de todas maneras, tu única propiedad, tu infierno privado.
Escucha con atención nene: Si ya te compraste tu lindo pasador de china, procede con lo demás. Amordazando tu brazo con fuerza hasta que duela y se ponga morado, aunque el dolor nunca sea suficiente. Esto lo he hecho demasiadas veces y se de lo que hablo. Cargando la dosis al gusto en tu instrumento. Palpando tu brazo y sintiendo el relieve de las venas, escogiendo la que resalte mas y jugando con ella para ver hacia donde se inclina naturalmente. Esta es una lección importante que nunca te enseñaron en el colegio. A donde se incline la aguja es a donde debes ir, porque si en el primer intento escapo la vena, debes hurgar en esa dirección para interceptarla y pincharla. Nunca dejes escapar el placer o la alegria por fugaces que sean estas sensaciones , no sabes cuando se volveran a repetir. Cuando el dolor halla desaparecido estarás en lugar correcto. Solo queda empujar el embolo, rápido y directo. Esto es algo que he hecho demasiadas veces y por eso se, quiza sea de lo unico de lo que se. Olvídate de lo demás, yo ya lo hice. Mas pasajeros suben a la combi, pero no importa. Nadie se fija en ti, un asiento vació. Un bulto sin forma en el asiento, un pedazo de carne que aun respira. Un espectro, mezcla de ectoplasma y huesos. Si tienes suerte, quizás el cobrador no te cobre pasaje, al no percibir tu presencia o quizás te bote a patadas o alguien te robe. Nunca sabes lo que pasara, posiblemente nada, nunca pasa demasiado en este universo paralelo. Solo el fuego del aburrimiento y la rutina quemando tu cerebro como si fuera un repollo reseco, mientras la sutil calefacción va en aumento y la agonía de regresar una y otra vez a ese encantador parque de diversiones llamado infierno, del que ya te es tan difícil querer salir. Una vez mas comprando un ticket, vendiendo tu alma o alquilando tu culo. Son temas para tratar otro dia, esto es solo por hoy.
soundtrack: